Carta a los amores de mi vida


Nara, Nia, a día de hoy, sois muy pequeñas para leer esto y más aún para entender todo lo que tengo que deciros y agradeceros.

Quiero escribiros hoy esta carta, y os preguntaréis por qué decidí un día como hoy. Es un día importante, quizá otras personas lo vean como una tontería, pero es vuestro cumple-mes, hoy cumplís un mes desde que, por fin, mamá os pudo abrazar, desde el día en que cambiasteis mi vida para siempre, desde que le disteis sentido a todo lo vivido hasta ahora.

Quizá algún día alguien os haga comentarios o ya lo hayan hecho cuando leáis esto, cuestionando una gran variedad de cosas. Pero quiero que no os quedéis con eso, al final, acabaréis aprendiendo que, en esta vida, hay gente buena, personas que velarán por vuestro bien y vuestra felicidad, pero también hay personas no tan buenas. Estas últimas no merecen ni una sola lágrima. Pero no os vengo a dar lecciones de ética, moral, ni vida. Sino agradeceros todo lo que me habéis dado en tan solo 35 semanas y un mes de vida.

Quiero empezar por el principio. Sois el pequeño gran milagro de mamá. Si hace 10 años, cuando me dijeron que no podría serlo, me hubieran enseñado por una mirilla como es mi vida ahora, no me lo habría creído. Desde bien joven sabía que algún día querría formar mi propia familia, pero, a veces no todo sale como queremos, o al menos, no cuando lo deseamos. Pero mamá es muy cabezota, y pocas veces acepta un "no" por respuesta cuando se trata de los sueños, y menos cuando existe una batalla por librar. Así que 9 años después de decirme que no iba a ser posible, decidí que era el momento de luchar, de confiar en la medicina y en la ciencia, pero vosotras ya sabréis todo el proceso.

Toda lucha conlleva una estrategia, unos obstáculos y muchos, pero muchos, imprevistos. También conlleva miedos y dudas. Pero todo eso es la preparación hacia el cambio, porque detrás de cada batalla hay un objetivo y cuando se gana, todo lo anterior se desvanece. Y eso me ha pasado a mi con vosotras. Mi estrategia fue confiar, en mi cuerpo, en los expertos, en las celulitas que se convirtieron en mis preciosas hijas. Pero, también, tener paciencia. Obstáculos e imprevistos hubo millones, pero lo importante es que todos fueron superados. Y miedos y dudas... De esto es lo que más hubo. Miedo a no ser la mamá que os merecéis, a no saber enfrentarme al cambio, a no saber cuidaros bien o educaros como buenas personas. Pero al final, bastó escuchar esos llantos en quirófano para despejar todas mis dudas. Siquiera hizo falta veros las caritas, cosa que sucedió poco después. Imagen que tengo grabada en mi corazón. Esos pequeños rostros, esos pequeños-grandes ojos que expresaban todo. Ese gran momento en que nos conocimos, en que supimos que nada nos iba a separar. No hay palabra que exprese esos primeros momentos. Aunque el que más se le asemeja es "amor", pero siquiera una palabra y sentimiento tan grande como esa, es capaz de definir ese momento.

Desde entonces, el instinto hizo su trabajo, no quiero decir que todo fuera sencillo, pero poco a poco, durante este mes, nos hemos ido conociendo, hemos estrechado lazos, y hemos creado eso que tanto anisaba, ser una familia. 

Somos una pequeña familia, no quiero que veáis la falta de un padre como una pérdida, sino como algo que hace nos hace especial, porque hay millones de tipos de familia. Porque a pesar de no tener padre, no estáis solas, somos un pequeño-gran equipo de 3. Siempre podréis contar con mamá, pero también la una con la otra. Habéis compartido durante nada más y nada menos que 9 meses la barriga de mamá, y a día de hoy, seguís compartiendo todo: lugar de sueño, el tiempo de mamá, e incluso el alimento. Pero sabéis lo que no tenéis que compartir? El amor, porque el amor no es algo que se divide entre dos, es algo que se ha multiplicado, y no puedo decir que se multiplique por dos, sino por infinito. Ya os digo que siquiera esa palabra expresa lo que siento cada vez que os veo.

Desde que os vi por primera vez comencé a creer en los milagros. Todo pasa por algo, y toda lucha tiene su recompensa, pero ahora sé que no solo hay eso. En mi caso, sé que vosotras llegasteis para dar sentido a todo lo que había vivido con anterioridad, todos los pasos que he dado desde bien pequeña, todas las cosas buenas y malas que han pasado durante estos 28 años han sido los que han hecho que seáis vosotras, que estemos aquí. Y no lo cambiaría por nada. Por que todos lo ven como si solamente yo os hubiera dado la vida a vosotras, pero lo que no ven es que también vosotras me habéis dado la vida a mi. Una nueva vida, una nueva vida mucho más feliz. Tanto, que siquiera recuerdo, ni quiero hacerlo, cómo era mi vida antes de que llegarais.

Os miro, puedo pasarme horas mirándoos pensando en lo perfectas que sois, en cómo mi cuerpo os ha podido dar ese hogar que necesitabais para crecer. Que sí, ojalá hubiera podido ser durante el tiempo que necesitabais, pero estáis perfectas y es lo que importa, porque al final fuisteis vosotras quienes elegisteis cuando conocerme, y, además, fuimos un gran equipo durante 35 semanas. El mismo gran equipo que seremos durante toda una vida.

En ocasiones deseo que se pare el tiempo, me da pena veros crecer tan tan rápido, pero también pienso en que tenemos toda una vida, creceréis, dejaréis de ser mis "bebés" pero viviremos miles de cosas, habrá cosas buenas y malas, como siempre, pero juntas disfrutaremos y celebraremos las buenas, y nos apoyaremos en las malas. Pero lo que más haremos será aprender las unas de las otras y ser felices. Porque lo que más quiero en esta vida es ser feliz con vosotras. Quizá no pueda daros la vida más cómoda, económicamente hablando, pero eso es lo de menos, porque tengo todas las herramientas, el coraje y las ganas de daros todo mi cariño, mi paciencia y mi amor, para que tengáis una vida plena, para que seáis unas personas de las que sentirse orgullosas, mamá ya se siente orgullosa de las dos. Porque durante este tiempo me habéis dado una lección de superación y lucha. Desde el primer día.


GRACIAS, GRACIAS por elegirme como vuestra mami, por quedaros conmigo desde ese 10 de noviembre de 2016. Incluso cuando parecía que no iba a ir bien, os agarrasteis, tuvisteis la determinación de luchar y salir hacia delante, día a día no os rendisteis. Y os estaré eternamente agradecida, prometo no rendirme y día a día luchar por vosotras como lo habéis hecho por mi. Sois mis ángeles, mi milagro, mi todo.

Os quiere, mami.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares